viernes, 5 de abril de 2013

Origenes


Orígenes del Destino Manifiesto

Desde su origen como nación, el sueño de Estados Unidos ha sido encontrar la perfección social a través de un triple compromiso: con la divinidad (cumpliendo con el destino impuesto por Dios), con la religión (observando una moral intachable) y con la comunidad (defendiendo su libertad, su seguridad y su propiedad). 

La imagen nacional que los Estados Unidos tienen de sí mismos, como protectores y defensores de la legalidad, la libertad y la democracia, se funda en la creencia de que poseen una superioridad moral (porque son el “pueblo elegido”). Esta suposición les ha permitido justificar su intromisión en los asuntos internos de otros pueblos (que no son “elegidos de Dios”) o de plano la violencia contra ellos. La primera actitud intervencionista inspirada por el espíritu del “Destino Manifiesto” fue la obsesión de los colonos ingleses por desplazar de sus tierras (o bien exterminar) a los indígenas norteamericanos. En cuanto a su relación con otras naciones, Estados Unidos tiende a manejar sus relaciones exteriores como si se tratara de una cruzada moral. Generalmente justifica sus acciones con dos argumentos, ya sea el de la “nación fuerte que protege a la débil”, como pueden constatar la gran mayoría de las naciones americanas; o bien el de “la lucha contra el Mal para defender la libertad y seguridad del mundo”, como actualmente alega respecto de su invasión de Afganistán. 

Según el Destino Manifiesto, desde la época de las 13 colonias hasta la actualidad, se sustenta en la idea de que Dios eligió a Estados Unidos para ser la potencia política y económica, superior a los demás pueblos. En propias palabras del creador de esta doctrina John L. O'Sullivan en 1845 dijo: "extenderse por todo el continente que nos ha sido asignado por la -Divina- Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno" esta frase fue escrita en la revista ‘Democratic Review’ de Nueva York en donde se justificaba por la expansión territorial estadounidense y también para el imperialismo y colonialismo. 

Cabe señalar que esta doctrina tiene sus orígenes que se remontan en las más antiguas tradiciones estadounidenses con la llegada en 1620 de los puritanos europeos en el Mayflower que redactaron: "Nosotros, los abajo firmantes, pactamos y concertamos para elaborar y construir aquellas justas leyes, ordenanzas, actos, constituciones y cargos que en el curso del tiempo se consideren más adecuados y convenientes para el bien general de la colonia". Este pacto se considera como el primer texto constitucional y la base para el gobierno democrático.


 

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